"NO IMPORTA LO QUE HAGAS..."

La comparación lleva al ser humano a mantener su mente aprisionada por el sentido de competencia, que finalmente llevará al fracaso (propio).

Atestiguar la libertad de pensamiento no implica estar a favor o en contra de algún constructo social, sino más bien, lograr la capacidad intrínseca en el ser humano de transmitir conocimiento a la vez que aprende. Una dicotomía que, transformada en una constante práctica, ofrece la posibilidad de actuar en consciencia, más allá de la mera búsqueda de satisfacción.

En palabras más sencillas, “no importa lo que hagas”, sino “qué tan consciente eres de lo que estás haciendo”

No importará, por tanto si se es “el abogado”, “el ingeniero”, o el jardinero”. El actuar consciente trae consigo la posibilidad de poner en práctica el conocimiento propio, transmitir lo que se sabe, y, además, aprender en el transcurso de la tarea realizada.

No se es “mejor, o peor ser humano” por lo que se tiene, o por la denominación social adquirida. Desde ya, la sola búsqueda de “ser mejor o peor” no tiene la más mínima utilidad, si se aplica a la comparación con otras personas.

La clave está en poner en movimiento los conocimientos adquiridos, y dejar de “repetir la historia”, considerando que muchas veces actuamos “de igual forma” al enfrentar nuestros proyectos o cotidianidades, esperando resultados diferentes.

DAVID MOISÉS ENOC