DISCÍPULOS Y DISCIPLINAS

Mucho se ha tergiversado la existencia y el reconocimiento de aquellos llamados “Maestros”. Tantas veces se ha buscado “indefinir” el concepto, como tantas veces se encuentre un individuo en la búsqueda de satisfacer sus ansias de conocimiento “a su propia manera”.

Acercarse a un Maestro fidedigno, desde la perspectiva del discípulo (el que quiere hacerse al camino de una disciplina), es enfrentarse al conocimiento que un portador trae sobre la disciplina que el mismo desconoce. Es, por tanto,aceptar la propia ignorancia y reconocer la sabiduría en otros.

Entonces, para encontrar ese anhelado camino hacia el conocimiento y práctica de una disciplina, habrá que acercarse a quien conozca, con anterioridad, y mayor dominio, aquello que se desea alcanzar.

El acceso a la información en red, ha permitido que obtengamos un sinfín de “avistamientos” sobre diversas disciplinas, que podremos “conocer” a través de escritos y material audiovisual. Sin duda, es una enorme herramienta que, hace no muchos años, no estaba al alcance de todos. El error, es creer que, con solo acercarse al conocimiento, se podrá poner en práctica aquella disciplina que no nos ha sido transmitida en base a la experimentación previa, y sin la corrección de nuestra propia práctica.

Lamentablemente, esto también nos limita ante la posibilidad de reconocer en otros, esa sabiduría, o dominio de una disciplina que queramos alcanzar, y por tanto, nos aleja del reconocimiento de nuestras propias capacidades.


Encontrar a aquellos que pueden iluminar el camino hacia una disciplina, es no solo un acto de reconocimiento hacia el que enseña, sino un vuelco en la creencia de que “yo puedo hacerlo solo”, actitud que nos aleja cada vez más del mundo circundante.




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