LO CORRECTO

La ilusión de hacer “lo correcto” siempre está presente cuando los intereses nublan nuestros ojos.

Siempre nos sorprenderá el resultado de nuestras acciones, tanto porque alcanzamos lo que estábamos buscando, como porque el fin del camino nos trae algo que se aleja considerablemente de lo que esperábamos encontrar.  Sin embargo, “algo ocurre”, que se cumple a cabalidad lo que “necesitamos”.

No es, por tanto, un resultado correcto o incorrecto, sino más bien, adecuado a nuestras necesidades, que aunque no estemos de acuerdo, en ocasiones dista mucho de lo que creemos necesitar.

La clave está en asirse a un objetivo mayor que la mera satisfacción de nuestros deseos, y enfrentar el camino de manera objetiva, “no muy racional, ni muy emocional”…para esto, no basta con “aceptar…o soltar”, como mucho se oye hoy en día. Se necesita valor, para enfrentarse a lo desconocido con la única convicción de saber dónde queremos llegar, aunque no veamos más allá de nuestra propia nariz.

Es ahí, en la oscuridad, donde se mide la determinación y el valor del individuo para continuar avanzando.

DAVID MOISÉS ENOC